El origen de la filosofía es no tener nada claro.
Cuando el ser humano empieza a reflexionar sobre sí mismo se da cuenta de que el mundo no satisface todas sus necesidades y se cuestiona por qué sucede esto. También se cuestiona, por ejemplo, las condiciones de existencia de las cosas, y es que cuando hacemos la realidad problemática, nos interrogamos.
Dicho esto, sabemos que la filosofía es una actividad inquisitiva, o en otras palabras, se hace preguntas radicales.
El sujeto es influido por el mundo, pero existe una ruptura (hiato) entre ambos, os explicaré esto:
Cuando el sujeto filtra la información, que puede ser tanto imaginaria como simbólica, la procesa de dos formas:
· Biológicamente: Creando los umbrales.
· Culturalmente: Dando lugar a los prejuicios.
Habiendo procesado la información recibida mediante estas dos formas, el sujeto se crea su propia representación de la realidad.
La antes citada ruptura entre el sujeto y el mundo aparece cuando, al enfrentarse el sujeto al mundo teniendo únicamente como conocimiento la representación que él mismo ha hecho, se da cuenta de que en el mundo existen diferentes informaciones de las que él ha procesado.
Al teclado, Hipatia!
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